En esta ocasión vamos a hacer una analogía para tomar consciencia de que todo en nuestra vida es la consecuencia de la causa que sostenemos en la mente: una lícita decisión. Este cuento nos conecta con la diferencia entre victimismo y responsabilidad. El pájaro y la jaula, nos lleva a entender que todo está a una decisión de distancia y que cualquier decisión, proceso, tiempo paso o camino es apropiado, preciso, perfecto y válido.
Lo que entendemos por «nuestras vidas», no es más que el efecto de lo que hemos decidido con anterioridad, seamos conscientes o no. Aquello con lo que nos identficamos es el efecto caduco de una decisión previa. ¿Qué quiero decir? Si no soy consciente de pedir acelgas y no las quiero pero me las trae el camarero porque las he pedido hipnotizada, no me peleo con el plato, no me las tengo por qué comer. ¿Y si soy consciente de que estaba hipnotizada y decido otra cosa? También puedo elegir que me las como y que ya soy consciente de que fue mi decisión. Además, otra de las infinitas posibilidades es optar por comer hoy sabiendo que mañana seré más consciente al decidir.
¿Qué herramientas tenemos disponibles hasta este punto?
He explicado numerosas veces que, nuestra vida nos refleja el resultado de nuestras elecciones conscientes o inconscientes, es decir, sujetas a hipnosis inconsciente (para saber más leer aquí). Nuestra vida es una proyección de nuestro sistema de creencias y los programas inconscientes (leer más aquí) que nos dirigen. Podemos decidir soltar esos programas (reflexionamos sobre ello aquí). Cuando nos desprogramamos y los liberamos tomando consciencia. También te he explicado que los programas se transmiten durante varias generaciones de manera epigenética, están archivados en engramas, emociones, nuestra mente inconsciente (llámalo como quieras) y se sostienen gracias a los pensamientos que reflejas y mantienes: creencias o pensamientos que te compras (aquí)
Mira tu vida y entenderás las decisiones tomadas. Lo que ocurre, ocurre para ser asumido y comprendido. Una vez realizado esto podemos decidir seguir igual o tomar otras sendas. La diferencia es abismal. Resignación no es aceptación ( descubre más aquí). No es lo mismo creer que estamos en un punto porque no queda más remedio que asumir la responsabilidad de ser causa de ese punto. La resignación en este último caso carece de sentido y la resistencia se disipa eliminando ipsofacto el sufrimiento.
Érase una vez un pájaro y una jaula
Había una vez un pájaro que volaba libre y le dijo a otro enjaulado:
- Eres libre y estás en una jaula ¿te abro?
- El pájaro enjaulado lo miró y decidió seguir allí.
Paso uno: Asumir la decisión es libertad y transformación
No tengo claro si el pájaro era consciente de lo que decidía o no. No sé si se regodeaba por sentirse esclavo, como muchos humanos en estadio de resignación y victimismo o, realmente, su empoderamiento le hacía sentirse útil en aquella jaula. Si juzgar es no entender ¿Quién soy yo para proporcionar interpretaciones? Lo mismo con un cliente, amigo, familiar… Ante una situación no la juzgo, sólo pregunto inicialmente ¿Qué sientes con esta situación? ¿Cuál es tu posición en ella? ¿Es esta situación indiferente para ti? ¿Qué beneficios te proporciona? ¿Qué te muestra de ti? en definitiva: ¿Para qué decides experimentar eso?
El ejemplo del pájaro ocurre a menudo en la vida
La liberación o la percepción de la jaula no es lo mismo para todos (quiero profundizar más aquí). Muchas veces la jaula mental es una excusa perfecta que alimenta al pequeño ser ( el ego). Asumir la decisión de estar en ella es, quizás el verdadero trabajo para alguien que está en el estado de víctima y realmente siente que quiere otra cosa. Esta es la verdadera causa del sufrimiento: resistirse a una situación tal y como es y sentir que aquello que ocurre no debiera pasar y que es ajeno a uno mismo. Lo que ocurre en la vida de uno nunca es ajeno a uno, tú no estás separado de tu vida.
Una cosa es decir no puedo y otra muy distinta es asumir que los no puedo son no quiero inconscientes (más aquí). El pequeño ser, el ego, se nutre de las resistencias y ganancias de este estado de víctima. El Ego encuentra en el victimismo su supuesta inocencia, las justificaciones para la separación, la huida, el ataque y la supervivencia. Debemos de tener en cuenta que, la inocencia es intrínseca al ser humano, al margen de la programación posterior y de los aparentes actos.
¿Hablamos de la libertad?
Lo que para un hombre es un mendrugo de pan, para otro es un festín. Nos dicen que un hombre no puede sentirse libre privado de su libertad. ¿Es eso cierto? Muchos hombres han transmutado el dolor en belleza estando en la cárcel. Unos reenfocaron sus vidas y estudiaron leyes, otros escribieron antologías y odas. Algunos presos no soportaban la vida fuera de la prisión. Incluso existió un experimento en el que liberaron a presos de sus celdas por una isla. Los presos se sentían seguros en la privacidad de la celda y volvían a ella. Este hecho muestra que ni siquiera la aparente privación de la voluntad es privación de voluntad.
Todos estos hechos reflejan que una jaula mental está sujeta a una decisión
La libertad última del ser humano es intocable, como se puede observar con la experiencia del psiquiatra y neurólogo Vicktor Emil Frankel en los campos de concentración Nazi. Esto es análogo a la escena de V de vendetta. En esta escena, la protagonista opta por morir y se da cuenta de que es libre. Se rinde ante la incertidumbre de la existencia, deja de sufrir y pasa a vivir una situación. Inciso: la liberación de esa resistencia conlleva un reequilibrio del cuerpo y una mejora en el sistema, por si no te lo habías planteado.
Natalie Portman, comprende que ser libre es una decisión interna. Ser libre pasa por asumir, respirar y liberar. Es un estado mental. Como se ha mencionado, en el hombre en busca de sentido, el neurólogo, superviviente al holocausto Viktor Emil Frankel, también reflexiona sobre las libertades últimas del Ser y la existencia.
Cualquier decisión es una lícita decisión
Hoy voy a hablarte de un tema intenso: cualquier decisión es lícita, sus consecuencias han de ser asumidas por ambas partes. Si yo decido estar en la jaula, tengo derecho a ser respetado y también he de respetar la libertad del otro de tomar sus decisiones al respecto. Lo contrario también es asumible. Me parece crucial el respeto a la experiencia vital de cualquiera y sus decisiones. Si yo soy un pájaro libre es mi decisión y la decisión de un pájaro a estar enjaulado es lícito y respetable.
Reitero, así mismo la responsabilidad también recae en el pájaro enjaulado. éste debe de hacerse cargo de su experiencia vital en la jaula y aceptar las posibles repercusiones de su lícita decisión. El respeto hacia la experiencia vital de un igual es básico, así como a sus tiempos y procesos.
La decisión de vivir, estar muerto en vida, negarse a vivir, o no vivir es intrínseca a cada cual
Imagínate la escena de los pájaros e imagínate que el pajarito que pregunta, asume la decisión de no salir de la jaula tomada por su compañero. Ante tal decisión, respira, sonríe y le dice: perfecto, Acepto y Respeto tu camino. Puede aceptarla sabiendo que es lo mejor para él y confiando en su decisión. También puede que llegue un momento que sus vidas se separen naturalmente y sin resistencia. El pájaro en la jaula ha decidido, el pájaro libre también. la vida sigue su apacible curso.
Ser conscientes no tiene nada que ver con ser indiferentes, la aceptación es mayor sensibilidad y respeto
Este punto me parece crucial. El otro día alguien me pedía disculpas por llorar ante una situación. El sufrimiento no es real, discúlpame que llore, es una interpretación, decía. ¿Para qué nos hacemos esto? La empatía, la liberación emocional y la sensibilidad con la humanidad es del Ser y su inocencia. Sólo el ego juzga en consciente o no consciente una experiencia vital que ocurre y la tacha de inadecuada, tanto más de no espiritual. La compasión por el dolor y la intensidad del otro es la comprensión de que ese otro eres tú. Abrazar una situación para transmutar juntos y vivir juntos, en ese mutuo encuentro, lo que ocurre.
La aceptación, nada tiene que ver con resignación, falta de compasión o sentir apatía y absoluta indiferencia. Nada que ver. En la aceptación hay una total liberación de esa resistencia. El juicio ante una experiencia no tiene sentido. La experiencia no está ahí para moralizar o racionalizar, está ahí para ser observada, integrada, comprendida y traspasada (evolución). Es un al estadio de compasión absoluta y confianza en la luz y claridad del otro, incluso en sus periodos de ofuscación. En la aceptación hay una compasión.
Respeto incondicional, amor incondicional, aprendizaje y carencia de juicio
¿Cuántas veces hemos ido a hacer algo por alguien con todo nuestro amor y no ha servido para nada? ¿Quién te dice que no ha servido? ¿Qué es ese para nada? Si ese para nada no ha tenido el efecto que tu esperabas en el instante que esperabas, habla de tus propios juicios, expectativas o limitaciones. Ser útil y amoroso es estar donde se te requiera y desentenderte del amor que das del modo que sea. Un pensamiento o expresión de amor nunca cae en saco roto y siempre va al lugar donde sea más útil y preciso para todos. Todos somos uno. Respira y observa con la visión del amor.
¿Realmente queremos ayudar o realmente con esa ayuda queremos conseguir que el otro salga de su dinámica equivocada y sea feliz? ¿Equívoca según quién? ¿Según nosotros? Atento porque este reflejo está siendo tu mayor maestro de aceptación, respeto, empatía y gratitud si esto sucede. Si una persona es adicta a sus dinámicas, sus quejas, su modo de ver el mundo… es aceptable. Es su elección para su propia experiencia vital. Cuando me refiero a adicta, hablo de personas que se regodean en un estado que rechazan pero sostienen. En el ejemplo del pájaro sería una jaula abierta, un pájaro llorando por estar enclaustrado y que sigue decidiendo estar en la jaula adicto a ese estadio transitorio.
Si no quiere salir de ahí no podemos hacer nada
SI DICE QUE QUIERE PERO SIGUE EN SU DINÁMICA SE HA DE RESPETAR QUE REALMENTE NO QUIERE.
Si dice que quiere pero sigue en su patrón y su dinámica se ha de respetar que realmente no quiere. No hay nada de malo. No obstante, tampoco hay que incentivar la falsa empatía o la lástima: pobrecito de ti. Esa persona, ve su vida y la juzga de incorrecta. Sufre con esa vida. Si yo le intento mostrar que debe cambiar le ratifico su idea de que es incorrecta. Además la veo como incorrecta y ratifico la idea de que exista la incorrección en una experiencia vital.
¿Acaso es amar a alguien querer cambiarlo? Otra cosa muy distinta es que alguien nos pida acompañamiento. NUNCA Salvación. Sólo puedes salvarte a ti mismo. Yo no puedo ayudarte, yo te muestro una puerta. Sólo puedes tú ayudarte a través de mí o de lo que sea.
NO DEBEMOS DAR NUESTRO PODER A OTROS, PUES ESO NOS HA LLEVADO A PUNTOS DE IMPOTENCIA.
El acompañamiento en una sesión es ayudarte a hacerte consciente de que existe otra perspectiva, pero la decisión y el poder de aceptarla y asumirla es solo de cada uno. Cuando alguien me pide que lo acompañe acepto, pero si veo que no quiere realmente aceptar ese acompañamiento, con todo mi amor, lo respeto, lo acepto y lo suelto hasta que decida volver si así lo decide.
Nada ni nadie es incorrecto. Sólo tú decides qué experimentar en tu digna experiencia vital.
