Emoción y enfermedad: Matices del alma

Cada órgano, tejido, célula funciona como un todo en nuestro cuerpo. Asimismo se retroalimentan, están en unión, coherencia y en equilibrio dinámico perfecto con todo el conjunto. Pero, ¿te has preguntado qué ocurre con un sistema sí una pequeña parte de él no funciona correctamente o se sobrecarga al trabajar bajo esfuerzo? hoy hablamos de agotamiento, estrés, shock y su relación con la enfermedad. Este artículo, emoción y sintomatología/enfermedad, es una introducción y tienes más información en el programa de radio que hemos creado para ti.

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Los seres humanos somos enormes almacenes de esfuerzo y sobrecarga, lo que llamamos acumulación de estrés. En realidad el estrés no es más que la reacción en respuesta a una amenaza percibida real o imaginaria (virtual) que detectamos. El estrés pareciera ser útil para una reacción de supervivencia, pero ¿realmente sentimos que es útil vivir en estados alterados de del Ser, consumiendo las ingentes cantidades de energía que gastan las emociones de supervivencia?

Ante un estímulo de estrés tenemos una primera fase de alarma, con la liberación de adrenalina y cortisol, una posterior fase de resistencia en la que se intenta restablecer el equilibrio homeostático y,  por último, una fase de agotamiento con debilitación de las defensas bajada de reservas y enfermedad en esos momentos en los que el estrés o la percepción de estrés se crónifica.

 Hoy en día estamos agotados pensando en el descanso cuándo el descanso no es solución

Los seres humanos hoy en día estamos agotados pensando en el descanso, pero es ineficiente. En realidad por mucho que descanses, el estrés es la amenaza a una respuesta real imaginaria, por lo que manifiesta los efectos del pensamiento que sostienes en tu mente esté sucediendo o no. Si estás pensando en la situación estresante, haya ocurrido o no, para tu cerebro está ocurriendo realmente. Pongamos un ejemplo, si me produce estrés pensar en el estudio mientras descanso, realmente para mi cerebro estoy estudiando con estrés en este momento. En conclusión si descanso aparentemente 10 horas cuando me ponga estudiar para mi cerebro llevaré estudiando 11.

La pregunta que cabría esperar en este momento sería cuál es la solución al cansancio y agotamiento si no es el descanso

En este punto podemos abrirnos experimentar la creatividad, que nada tiene que ver con pintar cuadros. La creatividad es lo opuesto a la fatiga y la apatía son estados no alterados del ser cargados de energía que no se basan en patrones de incoherencia y en memorias. Si observamos un pensamiento creativo en un resonancia magnética observaremos un fogonazo, una activación de las ondas gamma de alta frecuencia acompañadas de una alta activación cerebral y un flujo sanguíneo en una región del lóbulo temporal derecho.

¿Que son por tanto estas memorias a las que tanto nos aferramos qué tanta energía consume y qué tanta adicción nos producen?

En el artículo de vacío emocional hablábamos de que el vacío emocional es en realidad un cúmulo de carga emocional a nuestras espaldas. En los artículos de Liberación Emocional hablamos de como esta liberación emocional nos puede liberar de carga real y no solo enseñarnos técnicas y dinámicas para saber gestionar esa carga. Poníamos el ejemplo de una mochila cargada que no se sabe llevar, aprender a llevar esta mochila cargada y por último soltar está mochila y vaciarla de aquello que ya no nos interesa y sostiene un constante detrimento del cuerpo y la mente.

En el primer programa de enfermedades y emociones,  Gabriela Olivera y yo, Raquel Díaz, asentamos unos conceptos fundamentales para ponernos en marcha. Hablamos de coherencia emocional y su relevante interés para el bienestar y el equilibrio físico. No es descabellado entender a día de hoy que las emociones tienen un impacto directo en nuestra salud. Ya quedan atrás aquellos tiempos en los que eran cosas místicas, hoy en día es la ciencia la que lo acredita constantemente, en especial con el estudio y avances de la neurociencia, la epigenética o la psiconeuroinmunlogía.

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Todos hemos experimentado los efectos del amor incondicional, la alegría, el miedo, la ansiedad en nuestras vidas. ¿Quién no ha sentido ahogos o dolores de barriga ante una situación concreta?

¿Quién no ha sentido que rejuvenece en unas vacaciones o con una nueva pareja más coherente con sus valores?

Pero ¿qué ocurre si estas emociones no son un estadio puntual del día y pasan a ser unas condiciones de estrés crónico? ¿Te unes a nosotras a hablar de emociones y su código en el cuerpo? Como decía Jung: La enfermedad es el esfuerzo de la naturaleza por hacer consciente lo inconsciente. El psicoanalista Wilhelm Reich también apostillaba también que: En ningún lugar se expresa con tanta claridad la identidad funcional como entre psique y soma, sensación y estímulo, emoción y exitación.

Jonh C Pierrakos, discípulo de W. Reich señala que la persona enferma no distingue sus propias distorsiones al sentir que proceden del exterior. Además prosigue comentando que la persona que dirige su vida con coherencia, también manifiesta coherencia en sus estados de salud.

El gran Georg Groddeck, psicoanalista pionero en el estudio de relación entre cuerpo y mente nos comenta: No hay que olvidar que la recuperación se produce no por el médico, sino por el mismo enfermo. Él sana a sí mismo, por su propio poder, exactamente como él camina a través de su propio poder, o come, o piensa, respira o duerme.

Otros mensajes han circulado por el refranero popular validando a los antiguos psicoanalistas

Los muertos no pesan porque estén muertos, sino por las palabras no dichas. Todo aquello que no se expresa se imprime en nuestra neurología. Carl G. Jung nos dijo: Lo que el yo no consigue incorporar es patógeno. El mismo Freud nos dice que el síntoma es la manifestación en el consciente de un fenómeno inconsciente. Nos ponemos enfermos inconscientemente, tomamos consciencia y nos sanamos. El cuerpo manifiesta lo que la mente sostiene .

La enfermedad es una defensa contra la verdad, dice UCDM, es la consecuencia de un estrés real o imaginario y su resultado nos lleva a una información que pretende recuperar la coherencia entre lo que se piensa, lo que dice, lo que siente y lo que hace. Cuando la recupera entramos en el paradigma: la enfermedad viene a curarme, la enfermedad me da la solución.

Los programas y creencias efectivamente son pasados epigeneticamente de padres a hijos y determinan una expresión u otra de x genes, no obstante, el determinismo genético ya ha quedado siglos atrás y,  sin desestimar ningún estudio, todas las situaciones y sus impáctos pueden ser trascendidos y reversibles. Una buena manera de comprender esto es leer a Nessa Carey, profesora de biología molecular en el Imperial College de Londres.

Las emociones son las responsables de la activación de nuestros genes

Ellas son la señal que nuestro inconsciente biológico interpreta. La emoción siempre tiene un mensaje directo. Nuestros cuerpos son enormes almacenes de estas emociones, aquellas emociones de supervivencia fruto de estados alterados del ser.

Este proceso consume mucha energía y sostiene patrones de incoherencia, la presión interna que llamamos estrés, reactiva el proceso de estrés crónico y agotamiento. Las emociones están en el cuerpo y se expresan en el cuerpo, no radican en el cerebro. Según los estudios del Heart math o de Candance Perp las emociones son el sistema de Comunicación entre material e inmaterial, mente y cuerpo.

Debemos ser responsables de nuestros pensamientos, sensaciones, sentimientos, emociones y por descontado de nuestros actos. Cuando nos encontramos enfermos, es imprescindible realizar una introspección. Una buena manera es cuestionarse en dónde no somos coherentes y honestos ¿En qué situaciones o con qué personas en la vida sostenemos ese nivel de incoherencia?

Aquí reside la clave de la sanación de la mente y por ende la del cuerpo. Puesto que el cuerpo sólo puede expresar lo que la mente sostiene, identificar el mensaje que proporciona la emoción mediante una mirada amorosa y sin juicio nos lleva a dejar ir. Autoobservarnos hacer consciente lo inconsciente Sumergidos por entero en esa sensación de forma consciente.

¿Podrías estar huyendo o defendiéndote de un león hambriento 10 semanas sin stop?

Una situación estresante consume mucha energía porque moviliza toda la energía del Sistema para la huida o el ataque. Cuando el inconsciente siente estrés virtual o real, no tiene un problema delante. El inconsciente biológico se encuentra ante un león hambriento y, solo le queda huir, luchar o hacerse el muerto.

Cuando alguien comprende que la situación dolorosa que está viviendo es como consecuencia y creación del mismo, lo único que le queda hacer es perdonarse y liberarse. De lo contrario estaremos cronificando estos estados alterados del ser de supervivencia y reactivando desde la mente inconsciente o cuerpo el proceso.