💚El centro cívico San Agustí, es ese sitio por el que siempre conviene pasar. Uno de eso remansos de paz en la urbe, en el casco histórico, tan próximo de todo y alejado a la vez. Cuando se está en su fabuloso claustro parece que el tiempo se detiene. Es ese cruce de caminos próximo a Princesa en la calle del Comerç. Un oasis de paz en las mañanas de sábado, o en cualquier momento.
☕En su cafetería, disponen de menús y Wifi, con lo que también es una zona idónea para trabajar y estudiar en compañía de tablets o portátiles, cuando menos de un buen cuaderno. En el patio tienen lugar muchas actividades como mercadillos ocasionales o de fin de semana, ferias de vintage, conciertos y eventos de índole cultural.
🍲Toma Nota🍲
👪¿Qué?: Mucho más que una espectacular terraza bar en el medio del Born. Un centro de actividades sostenibles y un bar en el que prima la comida de calidad basada en la dieta mediterránea más saludable.
⌚¿Cuándo? Martes a jueves de 10 a 21h, Viernes y sábados de 10 a 22h, Domingo y lunes cerrado, Agosto y festivos cerrado.
🎯¿Dónde? PL. de L’Academia s/n – C/Comerç 36 – 08003, Born, Barcelona
📞Teléfono y otros datos: +34 932 680 825
📠website: http://conventagusti.com/
📱Redes sociales Facebook, @ConventAgusti
📜Para saber Más📜
⛪La puesta en marcha de la obra data de 1349, y finaliza al rededor de la primera década de 1500. Al parecer, los menestrales dedicados a curtidos se ubicaban por estas zonas, ya que en la calle Acequia y en el actual mercado del Borne, encontraban disponibilidad de agua. Eran muy devotos al santo y pertenecían a la cofradía de los Agustinos, lo que propiciaba la ubicación de la iglesia en el lugar. No obstante, la orden de los agustinos tuvo que trasladarse en 1750 al Raval, actual Plaça de Sant Agustí, tras la destrucción de la iglesia primigenia en 1716.
📜Actualmente esta joya, el convento de Sant Agustí Vell, está reconvertida en un particular centro cívico con propuestas de actividades trimestrales, café y trabajo en pro de la gestión de espacios y la cultura. Este lugar que ha llegado a ser en alguna época lejana un tradicional horno de pan, dispone hoy de este fabuloso claustro para hacer las delicias de los asistentes y viandantes. Es sin duda un reclamo de visita obligatorio. Como Barcelonina, me siento orgullosa de la fantástica recuperación de los edificios históricos con fines cívicos de esta ciudad. Como Torre Llobeta, Pati Llimona, Can Deu, o la fabulosa casa Golferich, por mencionar algunos.