En esta ocasión vamos a relajarnos y a reflexionar de forma breve mediante un cuento, hablando de elecciones y de ese tu camino, el camino elegido. La pierna y el camino elegido es una analogía para expandirte más allá de bloqueos, sesgos o patrones mentales. Un cuento para salir del punto en el que estés, especialmente si estás acorralado por miedos e inseguridades y brillar, pues la luz, el brillo, la belleza y el infinito potencial son tu inspiradora naturaleza.
¿Qué clase de cuento o reflexión veremos hoy? Un cuento muy gráfico, la diferencia entre ser honesto con el sentir o esclavo de un estadio de ser alterado, emoción o patrón de pensamientos. Antes d hablar de: «el camino elegido» es tener en cuenta que me aproximo a esta reflexión con lo que yo llamo sujetos impersonales. No estoy hablando necesariamente de tus acciones, es un mensaje impersonal, amoroso, que se refleja en genérico y es válido como analogía generalizada. También es necesario que previamente a observar el «camino elegido» podamos profundizar en un planeamiento base: ¿Quién elige ese camino, tú o los patrones de pensamiento y las inercias depositadas en tu mente inconsciente que actúan de manera habitual, como motor de energía bruta, con una dirección no sopesada de modo consciente.
Para conocer quién determina el camino elegido, es importante no dejarse drogar por las inercias inconscientes psicoemocionales, los archivos de memoria o patrones de pensamiento que configuran nuestras respuestas automatizadas de acción reacción, eso que algunas filosofías llaman dirección kármica. Por consiguiente, para discernir si eres drogado y guiado por tu programación inconsciente, de primeras y sintetizando, es muy útil tener en cuenta una premisa simple y básica: atender al mensaje de tu mecanismo de calibrado. Esto es, cuando experimentes un efecto negativo, y te sientas mal, recuerda que todo es fruto de la percepción y etiqueta (nivel de significado), de esa experiencia que tú, conscientemente o inconscientemente, en base a juicios de valor, creencias o programas y memorias, has validado.
Reflexión para profundizar: Si la violencia, en general, es el miedo a nuestra idea sobre lo demás, incluido los ideales de los demás, ¿Acaso no somos violentos con nosotros mismos al atacarnos constantemente con/mediante nuestras ideas, juicios de valor obsoletos, percepciones, creencias y programas constantemente, siendo esclavos de lo que un día comprendimos y hemos decidido sostener? ¿Elegimos el camino o el camino elegido viene de ese condicionamiento mental, creando un nivel de realidad en tu vida y de relaciones muy limitado?
Identificarse con una emoción de supervivencia o patrón y, creer que es real es hacerlo real (en los links te resumo el como ocurre). ¿A qué me refiero? Sólo cuando nos compramos un pensamiento o idea, experimentamos el torrente y efecto de la misma en nuestros cuerpos. Validado una y otra vez crean ese constructo tan familiar que erigimos como nuestro “yo” y que de yo tiene más bien poco. Las miserias a las que se aferra el pequeño ser, nada tienen que ver con sus ilimitadas capacidades, sino con sus limitadas heridas y visión sesgada o parcial.
Más allá del cascarón de huevo con el que te identificas/uno se identifica, («te» con sentido impersonal), revalidando siempre lo mismo, como en una cinta transportadora de aeropuerto que viene y va con la misma maleta cargada y olvidada, hay un mundo inexplorado que comienza con decirte Sí a ti mismo. Más allá de enfocarte en un no a lo otro. ¿Te Enfocas en el Sí y las oportunidades saliendo del patrón de aquello que no quieres por definición? O ¿huyes de lo que no quieres, enfocándote en esos noes y tropezando infinitamente con ellos?
La realidad carece de juicios, válida lo que la mente sostiene. Si no quieres acelgas, no digas no quiero acelgas, opta por otra clase del menú y las acelgas no vendrán por definición. El camarero va a entender que no te trae acelgas si le pides musaka, no hace falta decir nada al respeto sobre lo que no te apetece. ¿Para qué regodearse? La mayoría están tan ocupados pensando en lo que pueden perder que, su energía se consume y se agota por todos sus sistemas, incluyendo el sistema nervioso simpático de supervivencia, dejando poco espacio para todo lo que pueden asumir aceptar y ganar.
Mas allá de esto, si seguimos dándole vueltas a la experiencia acelgas. El foco sigue estando en ese plato, convirtiéndose en una inagotable experiencia virtual, por ende real (para mi cerebro o inconsciente), generadora de más pensamientos, sensaciones, percepciones, heridas y fragmentación mental que me aleja de mis capacidades. ¿Ya sabes que en la experiencia acelgas rumiante no queda energía ni ganas para chocolate Godiva no? Por tanto, rumiando sintiepensaciones seguiremos haciendo la experiencia real si no dejamos de validar los pensamientos automáticos que nos envía nuestra mente reciclada. En conclusión, nos lleva a manifestar en nuestra realidad los efectos de ese pensamiento, patrón, memoria, percepción determinada…¿No me entiendes? Pues que el camarero te trae infinitos platos de acelgas, y, además recocinadas.
Identificarse con un estadio alterado del ser es como pensar que tener un dolor de barriga es tu estado de salud normal. Muchos se han identificado con estados alterados del ser como se identifican con sus síntomas cronificados, cronificándolos aún más. Han aceptado y validado la etiqueta y experiencia enfermo y han desestimado cualquier otra posibilidad de vida. Podemos vivir sanos al margen de cualquier síntoma en condiciones mentales. Una cosa es sufrir e identificarse con una enfermedad y otra muy distinta vivir abrazando un síntoma, que no es ni mucho menos lo que somos. Para ello hoy vamos a ver un cuentecillo sencillo, el cuento de la pierna y la decisión. ¿Te vienes conmigo?
La pierna y el camino elegido
Imagínate que una persona se rompe una pierna. En una situación susceptible de ser aceptada para seguir adelante sin resistencias, tomando nuevas decisiones y atendiendo plenamente a lo que ocurre. También es posible que sea resignada, peleándose con lo que ocurre en lugar de seguir. En esta ocasión, nos centramos en lo perdido y no en contemplar la nueva situación y sus nuevas posibilidades de aprendizajes, introspección y ganancias. Recuerda que cada situación trae consigo el regalo de apertura mental y, por ende, de ver un beneficio igual o mayor que la situación en sí misma. Podemos aprender de esas aparentes crisis mil aprendizajes nuevos, por asumir capacidades y herramientas ocultas que no creíamos tener. La situación, finalmente, podría ser rechazada, huida, negada (intentando hacer una vida igual que antes, forzando la pierna) o, proyectada en otros con exigencias.
Sea como fuere la pierna está rota y se nos abren múltiples tesitura al respecto. Por mucho que la gente ame a esa persona y se interese por ella, por mucho que la gente de su alrededor la impregne de cuidados y atenciones para que se note conforta da, apoyada, sostenida y comprendida, la experiencia es intrínseca al ser que experimenta. Es decir, siempre va a tener que pasar ella por el proceso de recuperación.
La persona puede dispersar su mente, atendiendo a ídolos externos jugando al peligroso juego de culpable y culpabilidad, melancolía y victimismo, soltando su responsabilidad o puede hacerlo con atención plena escuchándose, observándose, tomando decisiones coherentes instante a instante con forme a su estado y siguiendo adelante con ello. Recuerda que, una mente dispersa es una mente deprimida que derrocha energía en todos los puntos sin retroalimentarse de ninguno. Una mente enfocada recupera toda esa energía y libera aquella enquistada en patrones caducos.
El hecho está claro: la persona tiene una pierna rota. Obviamente no es lo mismo que tenga la pierna rota y esté sola, a que todos se vuelquen en esa persona para ayudarla. En esto estaremos de acuerdo. Estar sola en hechos nada tiene que ver con la percepción de soledad. En esta ocasión nos referimos a los hechos. La responsabilidad no exime la humanidad, la mansedumbre, el amor y la implicación, sino que, muy al contrario lo incluye y lo potencia. La responsabilidad nos conecta más con la afabilidad y la verdadera empatía, la ecuanimidad, la unidad.
Lo vea ella o no, las personas que la aman se volcarán para hacer su experiencia lo más simple y fluida. No obstante, en su experiencia perceptiva, no en hechos, puede experimentarlo así o no, según la resistencia. De todos modos, todas las decisiones de andar, hacer rehabilitación, respetar sus tiempos, escuchar su dolor y atenderse le van a tocar a ella, por mucho que todos estén a su alrededor. Es muy lógico ya que es su pierna y su experiencia vital. Nadie puede tomar un helado de chocolate y disfrutarlo por ti por mucha criba que te hagan atendiendo a tus gustos conocidos. Ella pasará la experiencia porque es su pierna, no por que los demás no la quieran. Además, esa experiencia tiene muchos regalos encubiertos y aprendizajes valiosos que han de ser considerados.
Ahora bien, si esa persona, por decisión consciente o inconsciente, lo que viene siendo: cansancio, hastío, apatía, desmotivativación, desaliento, orgullo, rabia, victimismo, miedo, culpa o, incluso debido a que cuando estamos enfermos todos se vuelcan en nosotros y se podría llegar a pensar que si estamos bien no lo harán, si por cualquier razón de las infinitas que existen, uno se rompe una pierna y decide no moverse y quedarse paralizado sin hacer recuperación será también su decisión. Su decisión llevará una serie de consecuencias, si decide no escucharse, no implicarse, no decidir y esperar, el sujeto activo de la experiencia decide ser sujeto pasivo. El sujeto pasivo decide no experimentar sino sufrir y es también una decisión lícita y no juzgable que ambas partes (persona y cercanos) han de asumir.
Si además decide romperse más la pierna o aceptar que, aunque la pierna rota no es su estado original, va a seguir así toda la vida, resignándose a ello sin hacer nada, vivir nada nuevo, abrirse a nuevas experiencias, ni decidir nada nuevo la tesitura va tomando nuevas formas. Ya nada tiene que ver con haberse roto la pierna o experimentar una sensación. Se trata de haberse convertido directamente en la experiencia pierna rota desde y la herida y el acúmulo de negatividad pierna rota, no desde toda la totalidad de la experiencia.
Si además de no aceptar su decisión, escucharse, ponerse en rehabilitación, dejarse ayudar o implicarse en el proceso, decide cooperar en la etiqueta pierna rota, dañando se más física y psíquicamente. Forzando la pierna, castigando a golpes su herida por no responder, dándose leves golpes cuando mejora para no recuperarse y así propiciar más cuidados externos y mismos mendigando amor, intentando vivir a expensas de aquel fatídico día en que su pierna se rompió y cualquier posibilidad similar, es de nuevo su decisión lícita y respetable. No obstante, entonces no se debería preguntar ni por qué sigue con la pierna rota, ni por qué no mejora.
Si además, la gente que lo ama, llega un punto en el que acepta que quiera seguir así y amarlo por lo que decide y lo acepta como es, pero ve que cada vez se hace más y más daño, es normal que decida que no sirve seguir apoyándolo porque ese alguien claramente no quiere apoyo. Decía Confucio, si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces… Quizás estás peor que antes… No obstante aquí no pensamos de este modo, en Crealidades sabemos que todo corcho flota cuando la resistencia se libera y que, mente y cuerpo por sí mismos están preparados para retornar al equilibrio cuando se les de permiso y uno se rinde a la sabiduría interior que transforma todo de modo espontáneo. El dolor es el esfuerzo de sostener la masa mental negativa, pero al igual que el osito que tiró en el cuento la tetera y dejó de quemarse las manos, la mente sabe sanarse y volver al equilibrio, tanto más rápido cuando cuando se practica el arte de dejar caer creencias y permitir. Como siempre te recordaré, en mi anecdótica historia personal, todo se transformó en un instante, después de años de lucha. Toda la salud, la belleza de la vida, las oportunidades y, sobretodo, la paz profunda y lo que, yo entiendo como Estad de Gracia, de potencial y Poder, aparecieron ante mi, cuando al fin experimenté, «el Poder de la rendición», ese arte de permitir.
Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino
3 comentarios en “La pierna y el camino elegido”
Me parece que todos conocemos a alguien asi,en mi caso mi madre se comporta asi o por lo menos yo tengo esa interpretacion de su realidad, sufre mucho fisicamente de dolores. He intentado ayudarla, desde mis conocimientos tan pequeños porque ando en el proceso lento de despertar pero creo que no llego a ella,o no llego donde creo que tenia que llegar para sanarla ,solo la ayudo un poco a traves de la presencia y de la voz ,por lo menos eso dice ella ,seguro que es otra interpretacion suya de la realidad .Resumiendo que me resuena mucho el articulo y hay muchas personas asi. Muy buen trabajo y le llegara a mucha gente.Un beso manu.
Si la aceptamos tal cual es y nos respetamos lo suficiente para tratarla sin concesiones psicológicas, la vemos desde su potencial y aceptamos su experiencia y su decisión, nos decimos sí a nosotros, estamos por ella cuando nosotros realmente queremos y consideramos que es positivo y que todos ganan y le dejamos su espacio cuando alguno de los presentes no suma con la decisión, o nos sentimos invadidos por esas decisiones, desde ese foco interno en plenitud, sanamos nosotros y el otro se contempla y aprende por ejemplo y sincronía
Te recomiendo leer el articuko de tomar consciencia la ratita margaret
http://www.crealidades.com/tomar-consciencia-la-ratita-queria-salir-del-ratontero/
Y gracias por tus comentarios siempre y todo el cariño que depositas en mi trabajo