La decisión: ¿víctima o empoderado?

En muchas ocasiones hemos hablado de que la verdadera acción coherente va mucho más allá de la acción física. La decisión y el estado de «aparente víctima» o «empoderamiento«, no va ligado en sí a un cambio de conducta o acción física, sino a una acción interna y a un «accionar interno» que conlleva un impacto en la transformación de la mentalidad. Accionar o reaccionar va en función del permiso que otorgamos al «volumen del ruido externo» y  su incidencia en nosotros. ¿Eres termómetro o termostato? ¿Tienes una homeostasis interna y te autorregulas al observar a proyección o, te la crees y le sigues el juego? ¿Accionas o reaccionas en «tu vida»? , nos preguntábamos exhaustivamente al analizar el tema de creencias limitantes. Hoy te dejo un video reflexivo y una potente reflexión in-formativa.

La verdadera acción es una decisión interna que, según el sistema de pensamiento que valide, nos llevará a un abanico de posibilidades o decisiones secundarias u otro. Esa decisión coherente o incoherente es el motor del movimiento. Según quien tome esta decisión experimentaremos el papel de víctima o empoderado. Veamos por qué o qué pretendo decir con esto.

¿La decisión como motor de transformación o verdadera acción?

La verdadera toma de acción no tiene por qué ser en modo de realizar alguna actividad. Muchas veces esta toma de acción es un sencillo sí o no. De hecho, incluso en muchas ocasiones, decidir implica no realizar ningún aparente movimiento. No hay diferencias entre lo que aparenta pasar fuera. Todas las posibles consecuencias o, abanicos de consecuencias, son efecto del intérprete que se tome. Por ello, siempre digo que, no es que haces, sino con que intérprete lo haces. Ahora veremos esto detenidamente y con ejemplos.

¿En qué se traduce el no es qué haces sino con qué intérprete lo haces?

Hay una frase interesante que podemos tener en cuenta: “a veces hablar es bueno, a veces callar es bueno, a veces hablar es indiferente”. En realidad, es algo así. Con esa frase queda perfectamente claro que la realidad que percibimos por los sentidos, no singnifica absolutamente nada, es neutra. Son nuestras interpretaciones de la misma las que configuran aquello que vemos como lo que es. ¿Qué te lleva a hablar o callar? Es el intérprete el motor del movimiento. Si se realiza un movimiento a favor del intérprete de la coherencia y el alineamiento entre la mente consciente e inconsciente, éste transcurre con el menor gasto energético. Esto parece explicar como los patrones de incoherencia y programas consumen tanta energía en nuestras vidas y nos agotan.

Decisión con el león hambriento pisándome los talones

¿Realmente consideras que tomarías la misma decisión desde una tumbona en la playa, totalmente relajado, en un estado de atención plena, que con un león hambriento persiguiéndote como presa? Parece descabellado pensar algo así y, no obstante, eso es lo que sucede exactamente en nuestras vidas. Aunque tu consciente haya ido a la universidad o al colegio, tu inconsciente es muy primario. El no juzga y en cierto modo es bastante bruto y cavernícola.

Cuando decides bajo los efectos del estrés, el temor, el miedo y la desconfianza…

Tú inconsciente tiene un león detrás hambriento y, sólo entiende de supervivencia. No hay más. Es lo que yo llamo ir a favor de león. Tomará soluciones de emergencia porque, adaptativamente, eso es lo que hemos validado a lo largo de generaciones y generaciones. De hecho, eso es lo que haces tú en tu día a día.

Cada vez que decides ser esclavo de tu león, sin más, en automático, le dices a tus heridas y memorias «interprétamelo todo». Entonces, sigues en estado de emergencia, validando estos programas que pudieran estar ya bastante desfasados. Por tanto, ir a favor de león sin autocuestrionarse es lo que validas de manera constante, automática e incosnciente. ¿Cuándo Raquel? cada vez que te reprogramas para seguir siendo un títere de estos programas de terror almacenados en tu cuerpo emocional, mente inconsciente.

Tomo decisiones drogado

Si tomo decisiones bajo el susurro de estas memorias de supervivencia, programas, emociones, creencias, percepciones de miedo, huida sintiepensaciones, drogas mentales, ¡por Dios llámalas como quieras!, tomo decisiones hipnotizado y drogado. Drogado porque las moléculas de la emoción, los ligandos. neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas, efectivamente son químicos biológicos, producidos por nuestra farmacia interna, cerebro químico o límbico y los distintos sistemas adyacentes y subordinados.

Citando a la prestigiosa científica y madre de la neuropsicoinmunología Candance Pert en Molecules of emotion, el sistema inmunológico, el sistema endocrino y el sistema nervioso, más que ser tres sistemas, son tres procesos del mismo sistema que cooperan intrínsecamente unidos. Estas drogas mentales o moléculas de la emoción son potentes analgésicos como el diacepan, estresores como el cortisol, drogas como la dopamina y distintos opiáceos. Por eso, vamos hipnotizados hacia la información que resuena sincrónicamente con la frecuencia de nuestros programas inconscientes, como un drogadicto con mono de más dosis. Cuando los vemos en la pantalla de la vida, se refuerzan al producirnos el chute de drogas que buscábamos.

Las raíces del inconsciente se muestran en las hojas del consciente

En otras ocasiones hemos hablado de este tema de un modo más psicoanalista, al hablar de que la información de nuestro inconsciente nos dirige a buscar aquello que concuerda con ese patrón en la pantalla de la vida. También lo hemos analizado de este modo: Un pensamiento es un patrón de electrónes con una frecuencia determinada que atrae y va dirigido a frecuencias de la misma índole.

Al igual que una radio no se sintonizará a una frecuencia distinta al del canal que desees, o tu móvil no sonará si llamas a un número distinto, percibimos aquello que está en la misma sintonía. En esta ocasión, lo hemos visto desde un punto de vista más físicoquímico, como ves es la misma explicación cambiado las palabras. En lo que me enfoco se expande, aquello donde pongo mi intención y atención aquello hacia lo que voy directamente. Aquello que alberga nuestro inconsciente se proyecta en la pantalla de la vida para hacerse consciente.

La conducta no es causa, es consecuencia de la mentalidad o sistema de pensamiento

Las conductas que tenemos son consecuencia de la mentalidad o sistema de pensamiento. ¿Qué sistema de pensamiento valido? Recordemos que hay dos ¿vida o supervivencia? ¿miedo o amor? ¿Confianza o desconfianza? ¿ser o ego? ¿unidad o separación? ¿coherencia o incoherencia? ¿poder o fuerza? ¿realidad o falsedad?  Todas estas preguntas son sinónimos, toma la que te resulte más coherente y resuene más con tu sistema de creencias.

Las conductas, por ende, son consecuencia de los pensamientos. Estos pensaientos nos llevan a tomar las decisiones y nos conducen a realizar los actos que vemos a diario en nuestras vidas en automático. Esas conductas son condicionantes adquiridos y programados que podemos desmemorizar o desprogramar. Ese es el inconsciente que nos hace ir a enfocarnos en lo que sostenemos en mente seamos consientes o no.

La realidad manifiesta lo que la mente sostiene

Lo que sostenemos en nuestra mente inconsciente se sostiene porque implicó en su día supervivencia. Fue una solución adaptativa para ese instante. Por tanto, ha quedado totalmente grabado, con el fin de ponerse en marcha, de manera automática (visceral), cuando tengas el león detrás y no puedas pensar de modo racional. Al memorizar en tu cuerpo o mente inconsciente esa emoción, se hace tan natural en ti, que te acostumbras a ese dopaje constante. Es análogo a vivir en un aeropuerto y dejar de percibir los aviones o a llevar puestas las gafas tanto tiempo que te olvidas que ya están en ti.

Si te sientes, por ejemplo culpable a un nivel, no podrás ser consciente de la sensación, hasta que no te observes y autocuestiones en acciones y pensamientos. Por eso en la vida se nos dan situaciones subiendo el volúmen. Cuándo sube el umbral de culpabilidad vuelvo a notar el chute de emociones. Los receptores celulares notan el chute de químicos a los que antes estaban acostumbradas.

La senda del león

Sigamos con nuestro león, vayamos a la causa de las drogas. La percepción es la que hace que un mismo mensaje se archive de un modo u otro y nos produzca unas drogas u otras mentales como efecto. En la mayor parte de los casos no existe el león, era un ratoncito situado delante de un foco que se percibió en la pantalla como un monstruo.

Quizás, en otros casos el león existió. No obstante, en este caso, empezamos a temer las consecuencias y al no pararnos un milisegundo para ver las verdaderas salidas al asunto, incrementamos la situación. En lugar de observar con perspectiva herramientas y posibilidades, decidimos con temor. Al actuar de este modo paralizamos nuestras capacidades cognitivas para ir sin rumbo rápido hacia ninguna parte. Te tiras a la piscina sin mirar si hay agua. Te metes despavorido por un sendero de pinchos y riscos, oscuro, con cepos en el suelo.

 ¿Y si en lugar de ser como lo percibiste…?

Contemplar nuestras capacidades y herramientas, decidir con confianza es observar antes de responder o actuar. Tomar consciencia de que la verdadera acción es la decisión. ¿Te has planteado que quizás había más soluciones? ¿Y si había una chuleta suculenta a tu lado que tirarle al león mientras escapabas por un sendero más cómodo? ¿Y si había una cueva en la que agazaparte? ¿y si podías correr hacia  un lago con una barca y salir airoso?

Siempre hay infinidad de opciones si nos paramos a contemplar. Sin embargo, la respuesta temerosa es una, el foco limitado. Tú al responder temeroso ni lo viste. Esa es la diferencia entre quietud mental y parálisis por miedo. Ambas aparentan quietud, pero no tienen nada que ver. En una ante lo que se ve hay paz y confianza, en otra terror, histeria, miedo, desconfianza y… muchos efectos secundarios asociados (lo que solemos denominar problemas). Por eso siempre decimos que el miedo genera miedo. El miedo incrementa el tiempo y las circunstancias o emociones de miedo asociadas, las drogas mentales y se autorefuerza.

¿De donde parte la acción?

La toma de consciencia te lleva a saber lo que tienes que hacer, no por un supuesto: tener que, sino por querer hacer en coherencia con lo que piensas, sientes, dices, haces. La toma de consciencia te lleva a saber qué hacer sin pensar en qué hacer. Ver y actuar, no por escapismo, no por represión, huida ataque, simplemente ocurre como efecto de ser consciente y liberarse de juicio. Tiene lugar con el mínimo esfuerzo y desde el presente, no desde automatismos.

A partir de aquí se toman decisiones más allá de ser esclavos de los anclajes y las sintiepensaciones. Es decir, ante esta situación determinada. Sí, parezco comprender lo que sucede de manera consciente, pero aún existe el condicionamiento inconsciente presente. Puedo hacerme consciente de que es un condicionamiento aún presente en mí. Si es un condicionamiento es efecto de una memoria, portanto puedo decidir que no dejarme condicionar a la hora de decidir. Decidimos no ser su esclavo.

¿Por qué aún existe más que entregar y desprogramar?

En ocasiones existen anclajes fuertes, pero podemos dejar de validarlos de modo consciente. Decido ir o no ir, hacer o no hacer, hablar o callar…. sin que esa sensación memorizado me condicione. Estos anclajes y sus efectos son algo así como darse cuenta de que uno tiene dolor de cabeza tras una resaca.

Mientras note el efecto, resaca, sé que aún existe memoria, droga mental, anclaje etc. No obstante, si yo se que es una resaca puedo decidir no validar ese estado como mi estado normal. ¿Te comprarías una casa bajo estos efectos del alcohol? ¿Tomarías decisiones importantes drogado?¿Acaso piensas que un dolor de barriga es tu estado natural fisiolǵico? Bueno, a veces, como en el aeropuerto, depende de cuánto lleves acostumbrada a él. En conclusión, podemos decidir tomar las decisiones más coherentes para nosotros al margen de la resaca según lo que coherentemente decidamos que queremos.

Decidir cuando aún existe anclaje

Vamos a ver un ejemplo sencillo para entender que, al identificar las drogas mentales, puedo decidir dejar de ser su esclavo aunque aún estén presentes. Puedes usar la mente contemplativa y la pildora PARE si quieres como herramienta (aquí). Vamos con el ejemplo. Imaginemos que tengo resaca pero tengo que entregar un trabajo. Sí, estoy cansada, pero si yo coherentemente decido que lo que quiero hacer es este trabajo, eso haré. Imaginemos que aparentemente no tengo opción de posponerlo. Me he comprometido coherentemente y es lo que esencial y libremente decido.

• ¿Qué hago? Pues aparentemente lo de siempre pero, en una tesitura de aceptación total que simplifica la tarea. ¿Cómo? La realizas desde el mayor descanso posible, desde el presente, no desde la terrorifica imaginación. ¿Te ha pasado que has pensado angustiado en que tienes que hacer algo y sufres gastando energía en hacerlo? ¿Cuántas veces te pones a hacerlo y poco a poco se acaba sin darte ni cuenta?

El cerebro no diferencia lo virtual de lo real. Si estoy pensando en esa tarea, la estoy llevando a cabo, con su gasto de energía pertinente.

• «Tengo ropa que planchar»- pensó toda la mañana, cuando se puso a planchar llevaba día y medio haciéndolo.
• El cerebro exclamó: «Pare de planchar, por favor».

¿Qué pasa si en lugar de pensar hacer me pongo a ello paso por paso?

• Se hace, se disfruta y se acaba.

¿Y qué hay de la resaca?

• Llevaré esa sensación de la mejor manera posible siendo consciente de que estoy en un estadio transitorio. Iré asumiendo lo que siento y no siendo su esclava. Haré lo que esté en mis manos para sentirme mejor a la vez que realizo aquello que siento de corazón que he de hacer. De aquí, sin culpa, sale el verdadero compromiso sin esfuerzo.
• ¿Por qué? Porque se elimina el tengo que por el: es lo que quiero y decido. Eliminas la más grande resistencia, la resistencia mental de la incoherencia. Has asumido que tu prioridad es una y vas a realizar aquello que te lleva a esa prioridad del modo más coherente y amoroso.
• La diferencia no es qué hacer. Ni siquiera que exista una aparente opción o acción, como vimos antes. La diferencia, reitero, reside en de dónde sale la acción. ¿Viene de un estímulo o externo o, siendo la misma acción viene de mi interior?. En la inmovilidad nos quedamos petrificados sin respuesta esperando. En el empoderamiento la acción, sea acción o no en el mundo de las formas, en apariencia, sale de una voluntad interna.

¿Apego y carencia o abundancia y amor? ¿Responsabilidad o culpa?

• La decisión interna nos posiciona en dos posibles tesituras. Estadio de víctima o estadio de empoderado. ¿Dónde pongo el foco? En mi interior o en ilusiones externas. ¿Dónde situo el foco de mi decisión? ¿En el amor, la confianza, la unidad, el poder o en el sistema de la supervivencia, el miedo, las heridas pasadas, la separación?
• ¿Estoy en movimiento con la vida con quietud mental? ¿Estoy paralizado en una tormenta veloz de parálisis? Incluso el pedir ayuda, como herramienta o decisión, liberando a lo otro de nuestras expectativas, exponiéndonos a pedir lo que sentimos en ausencia de obligación o espera,  puede ser tomar acción y estar en un estadio de empoderamiento.
• ¿Si? Sí, si sale de la acción coherente, de la creatividad presente, no desde el apego y la necesidad, el orgullo o la carencia. Siempre que venga de la confianza, la aceptación, la tranquilidad, la quietud, el amor incondicional y el abrazo de todo lo que suceda podemos estar seguros de que la creatividad y el amor están presentes. es una toma de consciencia saliendo de la rueda de hamster, ya no vamos a favor de león.
• El miedo nos hace esperar, esperar que me satisfagan, esperar a que venga algo de fuera a sacarme de aquí, esperar a que el tiempo pase, esperar a que me acepten, esperar a que me perdonen… No hay nada más que perdonar que esa ilusión cuando entiendes que eres causa total de tu vida y que la pantalla son efectos. Gracias por elegir comenzar de nuevo y sumergirte en tu experiencia vital, sea la que sea. Te dejo herramientas para que disfrutes de poner en práctica el a flor de piel en los links en rosa y aquí.

Escuchas mi programa de radio de consciencia y crecimiento en podcast. Presenta reflexiones explicaciones y muchas herramientas aquí.